sábado, 12 de septiembre de 2015

El palangre está considerado como una de las artes de pesca más selectivas que existen. No en vano la misma FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) alentó en la década de los ochenta su uso frente a otras que consideraba más dañinas. Pero ese padrinazgo mundial no le otorga el carné de sostenible. Ese lo está intentando conseguir poco a poco, con pasos como el dado ayer, con la presentación de la Guía de Buenas Prácticas en la Pesca de Palangre de Superficie, un documento con el que la Organización de Palangreros Guardeses (Orpagu) hace una especie de examen de conciencia, se marca en rojo malas praxis pesqueras que hay que abandonar, cuestiones que hay que mejorar y resalta conductas o tecnología que podría emplearse para prevenir o minimizar posibles afrentas a la sostenibilidad.
Se trata de una guía general, que tendrá continuidad en un documento personalizado para cada uno de los 39 palangreros de superficie con los que cuenta Orpagu.
La guía analiza a fondo la actividad pesquera, los equipos y las infraestructuras para detectar posibles impactos en la sostenibilidad, tanto medioambiental como socioeconómica. Y es que es precisamente en este último ámbito en el que se observa la principal deficiencia, que necesita medidas correctoras adicionales a las que ya existen. Porque, si bien, «la pesca con palangre, en general, presenta unos índices de siniestralidad claramente menores que otros artes de pesca» -reza la guía-, se ha detectado una tendencia al alza en el sector. Por eso se considera imprescindible dotar a cada buque con un Plan de Prevención de Riesgos Laborales adecuado y formar a los trabajadores antes de su incorporación al trabajo con palangre. No estaría de más tampoco ir rotando a los trabajadores de puesto para evitar accidentes por monotonía, «que genera confianza y relajación por parte del trabajador en lo relativo a la adopción de conductas seguras». Y, por supuesto, no olvidar las medidas de protección colectivas y los equipos de seguridad individuales.

Atención a plásticos y a la captura incidental de aves

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Un palangrero de tamaño medio puede general al año 100 kilos de residuos plásticos. La guía de Orpagu llama la atención sobre la necesidad de dar un tratamiento adecuado a esos desechos.
Los descartes son un problema menor para esta flota, que apenas devuelve al mar aquellas especies cuya captura está prohibida. Sí constituye un trastorno, sin embargo, la captura incidental de aves o tortugas, que puede mitigarse con, entre otras medidas, líneas espantapájaros, largadas nocturnas o, incluso, uso de cebo químico.